La espasticidad es causa directa de dolor. El alargamiento de un músculo acortado, en un sujeto sin patología, causa habitualmente la ruptura de algunas fibras musculares con la consecuente liberación de sustancias que pueden excitar a los nociceptores. Esta circunstancia sucede de forma más intensa cuando el músculo con un algún tipo de hipertonía, por ejemplo espasticidad, es elongado. Asimismo, la espasticidad puede coexistir con otras condiciones dolorosas de tipo nociceptivo o de tipo neuropático, favoreciendo la cronicidad y dificultado el tratamiento de estas condiciones, las cuales igualmente, propician un incremento de las alteraciones del tono y del control motor.
En las personas con ictus, una de las condiciones dolorosas de tipo nociceptivo más comunes es el hombro doloroso, alteración expresada por el 55% de los pacientes. En no pocas ocasiones, está condición se complica con el paso de tiempo y la ausencia de intervención, degenerando en un dolor con características nociceptivas y neuropáticas, denominado síndrome regional complejo, también llamado síndrome hombro-mano. Asimismo, a nivel de la extremidad inferior, es el síndrome doloroso del trocánter mayor y el dolor ocasionado por la degeneración articular de rodillas y caderas, las condiciones dolorosas más comunes en los pacientes con ictus.
El dolor también es común en otros trastornos neurológicos. Por ejemplo, el 89% de los sujetos con Parkinson refieren haber tenido dolor de tipo musculoesquéletico y el 31% dolor de tipo neuropático. Los sujetos con lesión medular también padecen con bastante frecuencia dolor neuropático por encima de la lesión (síndrome regional complejo, mononeuropatías por compresión), así como en el nivel y por debajo de la lesión. Además, estos sujetos refieren con frecuencia otras condiciones dolorosas de tipo nociceptivo: 29% dolor por espasmos, hombro doloroso (37-84%), dolor en el codo (32%), dolor en la muñeca (48%), síndrome del túnel del carpo, entre otras. Por último, las personas que padecen Esclerosis Múltiple también padecen dolor de tipo nociceptivo (principalmente de tipo musculoesquéletico) y de tipo neuropático (signo de Lhermitte, neuralgia del Trigémino, neuropatías).
En definitiva, el dolor está presente en los sujetos con patología neurológica con una frecuencia que no debe menospreciarse y que justifica su abordaje en los procesos de fisioterapia neurológica.