El cuidado del muñón en la persona con amputación

Los objetivos de los cuidados del muñón son: 

  • Prevenir las actitudes posturales inadecuadas y las complicaciones, como limitaciones articulares, acortamientos de la musculatura o dolor.
  • Obtener una forma adecuada del muñón.
  • Normalizar la sensibilidad del muñón y evitar la formación de adherencias en la cicatriz.
  • Incrementar la amplitud de las articulaciones.
  • Tonificar la musculatura de las extremidades y del tronco del cuerpo.

Para ello, es necesario realizar los siguientes cuidados:

Primero, mantener una correcta higiene del muñón. Es importante llevar a cabo una higiene regular del muñón con jabón neutro y realizar fricciones con aceite vegetal. Sobre todo, en personas con piel frágil y quebradiza.

Seguidamente, debe asegurarse la compresión precoz. Se consigue con calcetas, fundas de silicona o con vendajes. Estas tienen el propósito de controlar el edema, modelar el muñón, contrarrestar las contracturas y posturas viciosas, y de reducir el riesgo de padecer sensación dolorosa del miembro fantasma

Además, es importante realizar un tratamiento de la cicatriz. Se realiza para evitar adherencias, alteraciones de la sensibilidad y favorecer la elasticidad y circulación del tejido cicatricial. En la zona de la cicatriz, el masaje, permite reducir la tirantez, la rigidez, el dolor y la sensación de picor. 

En línea con el tratamiento de la cicatriz, debe normalizarse la sensibilidad de la piel del muñón y relajar la musculatura. La normalización de la sensibilidad de la piel del muñón, y el masaje de la musculatura, deben llevarse a cabo desde la parte más alejada (distal) a la parte más próxima al tronco del cuerpo (proximal), evitando la cicatriz en las primeras semanas. Para ello, pueden realizarse pequeños golpeteos, fricción, aplicación de presión mediante la realización de masajes circulares y la aplicación de frío o calor.

Además de cuidar el muñón, es pertinente tener una higiene postural óptima y flexibilizar la musculatura. Ser consciente de una adecuada postura durante el descanso o la actividad puede evitar contracturas y limitaciones. 

En caso de las amputaciones de la extremidad inferior es recomendable:

  • No descansar con una almohada bajo la rodilla o bajo la cadera, porque favorece la contractura en flexión de estas articulaciones.
  • No utilizar tampoco una almohada entre las piernas, pues favorece el acortamiento de la cadera hacia fuera(abducción o separación).
  • Estirar los músculos de los miembros inferiores, principalmente los que flexionan la rodilla y los que flexionan y aproximan la cadera. 

En caso de una amputación de la extremidad superior, se aconseja:

  • Evitar descansar con el brazo pegado a su tronco y con el codo en flexión. 
  • Realizar estiramientos de los músculos que flexionan el codo y de los músculos que aproximan y rotan hacia dentro la articulación del hombro-
  • En ambos casos, el trabajo para mejorar la flexibilidad debe incluir siempre la musculatura del tronco, principalmente de la zona lumbar.

Por último, se debe realizar un trabajo de tonificación y movilización. El trabajo para mejorar la fuerza y la movilidad del miembro amputado es necesario para mejorar el funcionamiento y la participación del individuo, facilitar la adaptación de la prótesis y favorecer el uso de la extremidad amputada. 

Puede realizarse un trabajo de fuerza contra una resistencia.

  • En amputaciones de la extremidad inferior es prioritario trabajar los músculos que extienden la cadera y la rodilla (extensores), los músculos que estabilizan la cadera y la musculatura abdominal (estabilizadores).
  • En amputaciones de la extremidad superior ha de hacerse hincapié en la musculatura de ambas escápulas (la cintura escapular) y de los músculos de la pared abdominal.
  • La movilidad debe trabajase en todas las articulaciones conservadas, manteniendo las amplitudes articulares.

Referencias

Molero Sánchez A, Alguacil Diego IM, Molina Rueda F. La marcha en las enfermedades articulares y en el individuo con amputación. En: Molina Carratalá. La marcha humana: biomecánica, evaluación y patología. Panamericana. 2020.

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